¿Qué dificultades se pueden tener cuando implementamos un ERP?

La finalidad que busca una empresa en crecimiento en la implantación de un sistema de planificación de recursos empresariales (ERP) es mejorar en sus prácticas de negocio y alcanzar la rentabilidad y productividad esperada mediante la optimización de todos los procesos.

Pero a veces se encuentran con que el software implantado no les ayuda en la consecución de sus objetivos o no alcanzan el rendimiento que esperan, lo que les lleva a realizar cambios o modificaciones costosas para la empresa.

Muchos factores pueden afectar a este buen funcionamiento que se requiere y que es adecuado de un ERP.

Seguidamente les indicamos una serie de posibles errores muy importantes a tener en cuenta y que hemos identificado en nuestra trayectoria por los que una buena implementación de un ERP en una empresa podría fallar:

Inadecuada elección de herramienta y empresa de consultoría. Una empresa de consultoría tiene que brindar la asesoría necesaria para aumentar las posibilidades de implementar el software de manera correcta y aprovechar al máximo sus ventajas. Sacrificar los resultados por el costo puede ser el peor error que la empresas pueden cometer,siempre la funcionabilidad es sin duda la clave para el éxito a largo plazo, además de un buen servicio y soporte.
Inadecuada definición del alcance del proyecto ERP. Es necesario tener bien definidos el alcance y objetivos que se persiguen para implementar un software que se ajuste a los requerimientos y evitar embarcarse en un sistema de gestión empresarial que al final no cumpla con las expectativas.

Resistencia al cambio de parte de los usuarios. El el obstáculo más común y más difícil en la implementación de un ERP. Los propios usuarios pueden mostrarse reacios a utilizar el sistema por diferentes razones y por lo general estas se derivan del miedo a creer que serán incapaces de aprender el software y ven peligrar sus puestos de trabajo. Es importante comunicarles las ventajas que el sistema puede ofrecerles y cómo les beneficiará tanto a ellos como a la propia empresa.
No ofrecer la formación adecuada y completa al personal. Todos los usuarios involucrados en el uso del sistema deben recibir formación tanto operativa como de la manera en que se estarán llevando a cabo los procesos para mayor eficacia. El formar solo una o dos personas de forma adecuada y que éstas instruyan al resto de los empleados es una camino para el desastre. Aunque se elija un sistema que se adapte perfectamente a las necesidades de la empresa es fundamental, será inútil cuando los usuarios no tienen conocimientos suficientes para ejecutarlo.
No contar con el compromiso de la dirección de la empresa. La falta de participación y compromiso por parte de los directivos de la empresa afecta directamente el rendimiento del software y los resultados, deben estar involucrados en la instalación del sistema, además les ayudará a mantenerse al tanto del alcance del sistema.
Tener expectativas poco realistas. Muchas veces los proveedores del ERP aseguran que el sistema puede implementarse rápidamente y a un bajo costo, sin embargo, las estadísticas muestran lo contrario. Cuando la empresa toma la decisión de implementar un sistema ERP, el primer paso es tener una clara definición de alcance y objetivos, que incluya los problemas que deben resolverse.
Esperar resultados inmediatos sin realizar cambios en los procesos y/o prácticas de la empresa. Podría decirse que la etapa de evaluación es la más importante después de implementar un sistema ERP en una organización. Es fundamental que todos los miembros del equipo y usuarios del ERP sean conscientes de que esta herramienta va a generar beneficios a corto, mediano y largo plazo, a medida que se vayan modificando algunos procesos o prácticas en la empresa.
El líder del proyecto ERP sea una persona comprometida. Con experiencia en gestión; ya que la implementación de un sistema de gestión empresarial requiere dedicación por parte de un líder que facilite la consecución de los objetivos, la transparencia y la capacidad de decisión.